14 abril 2023

La mente de una abeja

 


 Quien al trabajo no vuela como la abeja, al final hambre pasa y va de cabeza…


En mi última visita a Londres me traje un interesante regalo: el libro "The mind of a Bee".

La mayoría de las publicaciones sobre abejas tratan de colmenas, enjambres y colonias; es decir, siempre consideran la agrupación de individuos como una totalidad.

Es verdad que una colonia media de estos insectos cuenta con unas 50.000 abejas pero también es cierto que, hasta ahora, nada se había publicado sobre abejas a nivel individual.

El símil sería considerar los cerca de 8.000 millones de habitantes de la tierra como un todo sin tener en cuenta las particularidades de cada persona en concreto. Y ya sabemos que cada uno de nosotros somos un mundo totalmente distinto.

Por tanto este novedoso enfoque del libro me ha parecido tan interesante que he decidido, sin dilación, emprender su lectura.

En "The Mind of a Bee", el autor, Lars Chittka se basa en décadas de investigación, incluido su propio trabajo pionero, para argumentar que las abejas tienen habilidades cognitivas notables.

Muestra que son profundamente inteligentes, tienen personalidades distintas, pueden reconocer flores y rostros humanos, mostrar emociones básicas, contar, usar herramientas simples, resolver problemas y aprender observando a los demás.

¡Incluso -según Chittka- pueden poseer conciencia!

Ya veis, amigos. Esta afirmación enlaza de maravilla con las reflexiones que, durante un año, he dedicado al tema de la conciencia. Se unen aquí, por tanto, dos asuntos sobre los que siempre he tenido un gran interés: abejas y conciencia.

Llevando a los lectores al mundo sensorial de las abejas, Chittka ilustra cómo los cerebros de las abejas no tienen paralelo en el reino animal en términos de la cantidad de material sofisticado que se empaqueta en sus diminutos sistemas nerviosos.

También examina sus comportamientos innatos y las formas en que su evolución como recolectores puede haber contribuido a su aguda memoria espacial.

Chittka examina igualmente las diferencias psicológicas entre las abejas y los dilemas éticos que surgen en entornos de conservación y laboratorio porque las abejas sienten y piensan. Y aquí siempre recordaré el sofocón que me supuso el desalojo (que no rescate) de una colonia de abejas ubicadas en un falso techo de un local de nuestra ciudad. Allí tomé conciencia del sufrimiento de los pobres bichos al destruir la obra que con tanto esmero y dedicación habían construido.

Explorando un insecto cuyas experiencias sensoriales rivalizan con las de los humanos, "The Mind of a Bee" revela las singulares habilidades de algunas de las criaturas más increíbles del mundo.

Está claro, amigos, que cuanto más profundizas en un campo concreto más cosas interesantes descubres y más nuevas preguntas e interrogantes surgen.

¡Hasta la próxima semana!

(Para redactar esta entrada he utilizado, en parte, el texto de introducción del libro que comento)


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