28 febrero 2023

Apicultura urbana en Zaragoza. Marco de actuaciones

 


Donde se posa la abeja, dulzura deja


Las abejas melíferas urbanas se diferencian de las abejas "de granja" en que ellas construyen sus colmenas en lugares que eligen libremente en la ciudad. No necesitan ningún tratamiento sanitario ni tampoco alimentación artificial.

Construyen sus panales "a su aire" sin ninguna constricción exigida por los humanos. Elaboran su riquísima miel con el néctar extraído de las flores de la ciudad y aprovechan el polen de las plantas para disponer de una reserva de proteínas con la que alimentarse.

Cuando, por el motivo que sea, se hace necesario desalojar una colmena urbana, al acceder a su interior, cualquier persona con una mínima sensibilidad se quedará maravillada de la disposición de los panales; de su perfecta organización y de la increíble finura del trabajo conjunto de toda la colonia para asegurar su supervivencia.

Todos estos hechos diferenciales nos conducen -necesariamente- a la necesidad de preservar (siempre que sea posible y no haya ningún riesgo para los ciudadanos) las colonias urbanas establecidas en la ciudad.

A continuación exponemos algunas líneas de actuación que -a nuestro entender- deberían implementarse para materializar esa protección de la abeja urbana.

1.- Proponemos la creación del Observatorio Permanente de la Abeja Urbana (OPAU) en el que estarían representados:

                - La Asociación Zaragozana de Apicultura Urbana

                - La Unidad de Himenópteros del servicio de Bomberos

                - La Unidad verde del Ayuntamiento de Zaragoza

                - La Asociación Apícola "Arna"

                - La Asociación Apícola "ASAR"

2.- Queremos impulsar el Centro de Interpretación de la Abeja Urbana en nuestra ciudad

3.- Continuar desarrollando el programa de prevención de enjambrazón mediante la colocación de colmenas caza enjambres en los límites de la ciudad y el campo.

4.- Continuar colaborando con la Unidad de Himenópteros del Servicio de Bomberos en el proceso de desalojo de las colonias que se establecen en lugares con riesgo para los ciudadanos con la finalidad de asegurar su supervivencia en el lugar al que sean trasladadas.

5.- Iniciar un programa experimental de apicultura urbana en la ciudad colocando este año 2023 un total de 5 colmenas en lugares expresamente calificados como seguros por nuestra Asociación.

6.- Ofrecer a la ciudadanía con motivo del "Día de San Valero" la posibilidad de degustar la miel que elaboren en esas colmenas las abejas de la ciudad. 

7.- Realizar una labor de información y sensibilización entre la ciudadanía con el objetivo de materializar las líneas de actuación planteadas en la declaración institucional "Green City Accord" Ciudades limpias y saludables de fecha 28 de diciembre de 2.020.

8.- Solicitar al Servicio de parques, jardines e infraestructuras verdes la inclusión de las abejas urbanas en el catálogo de especies animales que conviven con los humanos en nuestra ciudad.

9.- Participar activamente en el "Acuerdo por una ciudad verde" haciendo especial énfasis en el objetivo de lograr "Un progreso considerable en la conservación y el aumento de la biodiversidad urbana mediante el aumento de la extensión y la calidad de las zonas verdes de la ciudad y la detención de la pérdida y la restauración de los ecosistemas urbanos".

10.- Equipararnos con otras ciudades europeas como Londres y Paris y, al igual que hace esta última en la catedral de Notre Dame ofrecer al cabildo catedralicio la posibilidad de colocar dos o tres colmenas urbanas en la cubierta de la Basílica del Pilar.

Todas estas líneas de actuación son, por ahora, unas propuestas sujetas a debate y modificaciones que pretendemos materializar e impulsar durante los años 2.023 y 2.024.

La próxima semana hablaremos de cuál es el estado de la apicultura urbana en Europa y en Norteamérica.

¡Hasta la semana que viene!


21 febrero 2023

Alegato en favor de la apicultura urbana en la ciudad de Zaragoza

 “Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres.”

ALBERT EINSTEIN 


Cuando voy a Londres a visitar a mi hija y a su familia, siempre me sorprende la mansedumbre de los animales que te encuentras por los parques. Las ardillas vienen a comer de tu mano, los cuervos (de por si asustadizos) se te acercan a distancias inconcebibles en nuestro país; los pajarillos se te aproximan confiadamente para ver si les echas algo de comida y los patos, gansos y cisnes caminan armoniosamente a tu lado como si formaran parte de tu círculo de amigos.

Y las abejas... ¿Qué pasa con las abejas?

Pues por lo que he podido ver también muestran un comportamiento calmado. Diríamos que se encuentran plenamente integradas en el colectivo de mansedumbre animal. Desarrollan su labor en la ciudad calladamente y sin aspavientos. Sin hacer estrapalucio -que diríamos nosotros-

Será la climatología, el hecho de vivir en una nación insular o... el trato que les dan los ciudadanos. El caso es que, a mi entender, la vida animal está mucho más integrada -y es mucho más respetada- por aquellas tierras que en nuestro país.

Aquí parece que las cosas van cambiando poco a poco; pero hasta ahora hablar de abejas en las ciudades españolas supone ponerse de inmediato en alerta porque lo primero en lo que piensan la mayoría de los ciudadanos es en las dolorosas picaduras o en la imagen -según ellos terrorífica- de miles de abejas enjambrando a la búsqueda de una nueva morada.

Está claro que la mayoría desconoce que cuando las abejas enjambran no pican.

Más llamativo todavía resulta el hecho de que en los programas de protección de la naturaleza, biodiversidad y sostenibilidad que desarrolla el Ayuntamiento de Zaragoza no aparezca ni una sola mención a las abejas urbanas siendo que -por propio derecho- ellas deberían figurar en el número uno de la lista de especies a proteger.

Las abejas urbanas llevan muchos años asentadas en Zaragoza y los ciudadanos, por lo general, no tienen ninguna conciencia de ello.

Algunas afortunadas colonias que han logrado pervivir sin ser desalojadas desarrollan su benéfica labor polinizadora tranquila y calladamente. Si han dado con una ubicación en la que pasan desapercibidas, la ciudadanía ni se entera de su existencia.

Máxime si tenemos en cuenta que las obreras pecoreadoras (las que recolectan polen y néctar) no se meten con nadie y se entregan de forma ardua y callada a su labor. Una labor que -no lo olvidemos- impulsa el desarrollo de un montón de especies vegetales y la fecundación en los árboles frutales.

Desde la Asociación Zaragozana de Apicultura Urbana queremos unirnos al movimiento mundial de protección de los insectos polinizadores y favorecer la coexistencia de las personas con distintas especies animales en nuestra ciudad.

Aspiramos, asimismo, a favorecer la apicultura urbana protegiendo aquellas colonias ya establecidas así como colocando algunas colmenas  y cajas caza enjambres en lugares que no ofrezcan ningún riesgo para la población. 

A lo largo de estos dos próximos años 2023 y 2024 realizaremos una labor de difusión y sensibilización para lo cual será determinante la implicación del ayuntamiento de Zaragoza.

Llevamos ya 5 años colaborando con la unidad de himenópteros del servicio de bomberos en la retirada de enjambres, asesoramiento y formación  y creemos que ahora es el momento de dar un paso más.

 Hay muchos aspectos a tratar en el campo de la apicultura urbana y todos los queremos desarrollar.

Desde este blog animamos a todas las personas interesadas en la protección de las abejas urbanas y demás insectos polinizadores a que contacten con nosotros. Entre todos podemos realizar un gran aporte a la protección del medio ambiente.

¡Continuaremos la próxima semana!